Los restos provenientes de hallazgos realizados en los últimos 30 años estaban arrumbados en bolsas y sin catalogar en una cochera llena de humedades.
"Llamar a esto depósito es ser demasiado generoso, porque incumple todos los requisitos que ha de tener un lugar destinado a guardar restos arqueológicos. Objetos de gran valor histórico se mezclaban con hormigoneras, gasoil y materiales del personal de mantenimiento municipal. El sótano está lleno de humedad y además se inunda fácilmente. No son las condiciones más adecuadas, como se puede concluir, para albergar estucos romanos, ánforas fenicias o incluso facturas y proyectos relacionados con el patrimonio sexitano", explica la concejala de Cultura. Los restos no han sido limpiados, siglados ni inventariados como marca la ley, por lo que el Ayuntamiento ha tenido que poner en marcha un gabinete arqueológico que se encuentra con un problema añadido. "A la falta de inventario, se añade la necesidad de realizar un registro de la colección museográfica de la Cueva de los Siete Palacios, asunto pendiente desde 2003, tal y como revelan las cartas remitidas por el jefe del servicio de la delegación de Cultura de la Junta de Andalucía y que no tuvieron respuesta de la corporación anterior", añade Ruano. Por el momento se ha contratado al arqueólogo Eduardo Cabrera Jimenez, que contará con el apoyo de Iván Sánchez para realizar las tareas de identificación, inventariado, limpieza y siglado. En principio, son cinco meses de contrato que tendrán un coste para las arcas municipales de 17995 euros, aunque visto el panorama al que se van a tener que enfrenetar estos profesionales, con toda probabilidad no podrán concluir el trabajo en cinco meses. "Si hubiera que elegir a propósito el peor sitio para almacenar los restos arqueológicos, sería precisamente este", comentó el encargado del patrimonio cultural de Almuñecar, Manuel Galiana, ante el improvisado depósito, lleno de humedad al ser un subsuelo y con riesgo de inundaciones. De hecho, este pasado invierno el agua entró dos veces a las cocheras.
Los pelos de punta
Además, el acceso al sótano -donde se guardan restos de solerias y materiales de obra- está abierto y los restos no tenían ninguna protección. El arqueólogo almuñequero Iván Sánchez se quedó impactado la primera vez que vio el depósito. "Se me pusieron los pelos de punta" admitió. "Entre las cajas y bolsas de plástico hay restos de gran valor histórico. Aquí hay vestigios de los habitantes de Almuñecar desde sus inicios como sociedad civilizada", apunta el profesional.
Fuente: Diario Ideal de Granada (edición impresa del día 13.04.2012)