La Guardia Civil ha desmantelado una red supuestamente dirigida por el presidente de una fundación sin ánimo de lucro que se dedicaba al expolio de restos arqueológicos submarinos en las costas de Girona, Barcelona y Menorca, y ha detenido a diez personas.
El comandante jefe del Grupo de Patrimonio Histórico de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil de Madrid, Jesús Gálvez, ha explicado hoy en rueda de prensa que entre los detenidos hay 5 en Girona, 1 en Barcelona y 4 en Menorca.
Entre ellos, se encuentran el presidente de la Fundación Argo Maris, Josep Quera, y su mujer, un arqueólogo, trabajadores de empresas relacionadas con la entidad y varios pescadores, que eran los que les informaban de la ubicación de los pecios.
Asimismo han sido imputadas otras tres personas por su presunta vinculación con la red.
Los agentes de la Guardia Civil hicieron 15 registros a almacenes y pisos de Girona y Barcelona, y decomisaron un centenar de piezas entre ánforas, platos, vasijas, jarras, compás y cartas de navegación, además de sistemas informáticos, e incautaron las dos embarcaciones de la fundación, el Bon Geni y el Bon Pigall, atracadas en Mataró (Barcelona) y Roses (Girona) respectivamente.
Estas embarcaciones, de 18 y 23'8 metros de eslora, estaban equipadas con sofisticado material técnico empleado en las prospecciones del fondo marino y extracción de los bienes localizados.
El Bon Pigall disponía de un robot para descender hasta 3.000 metros de profundidad, a pesar que los investigadores, según Gálvez, sospechan que sólo actuaron en yacimientos entre 200 y 400 metros.
Las investigaciones llevadas a cabo en esta operación denominada "Circinus" se iniciaron en el mes de junio del 2010 cuando un ex trabajador de la Fundación Argo Maris presentó una denuncia ante el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil de l'Estartit (Girona).
La denuncia indicaba que esta fundación privada, con sede en Terrasa (Barcelona), publicitada en Internet como fundación sin ánimo de lucro y dedicada a la investigación y exploración submarina, estaba extrayendo de fondo marino y sin autorización de las autoridades competentes, restos arqueológicos en pecios submarinos.
Ante esta información, el Grupo de Patrimonio Histórico de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y el GEAS de l'Estartit emprendieron una minuciosa investigación que se ha prolongado durante tres años con el fin de poder determinar qué personas estaban implicadas en los hechos investigados, pecios expoliados, actividad de la empresa y movimientos de sus barcos.
Tras estos años de investigación, los agentes averiguaron que la citada empresa, utilizando embarcaciones propias y material muy sofisticado para el estudio del fondo marino, había expoliado sin autorización, yacimientos arqueológicos subacuáticos de los que había tenido conocimiento en la mayor parte de las ocasiones a través de pescadores que sabían de su ubicación.
Los pescadores, que alguna vez habían subido en sus redes algún objeto, facilitaban esta información a los "cazatesoros" y a cambio recibían, como muestra de gratitud por la información, alguno de los objetos expoliados en el fondo marino.
Entre el material, intervenido destaca gran cantidad de archivos fotográficos y videográficos, en los que se aprecia a las personas y embarcaciones investigadas, extrayendo los objetos arqueológicos del fondo del mar.
La operación ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción número 1 de la Bisbal d'Emporda (Girona), que citará a declarar a los detenidos e imputados en los próximos días.
Se les imputan los delitos de hurto de objetos de valor histórico cultural, daños en yacimiento arqueológico, otro delito de apropiación indebida y otro de falsificación, ya que hacían reproducciones que vendían como auténticas.
Los técnicos del Centro de Actividades Subacuáticas de Catalunya (CASC) se encargarán ahora de valorar y datar los objetos decomisados, aunque Gález ya ha advertido que el daño histórico hecho al sacar el material de los pecios es incalculable.
Fuente: Diario ABC