Solicitud del CAC a la AEPDSolicitud del CAC a la AEPDPanorámica del anfiteatro romano de CarmonaPanorámica del anfiteatro romano de CarmonaEl día 16 de Marzo de 2007, se recibió en la A.E.P.D., una carta de la Consejería de Cultura Conjunto Arqueológico de Carmona (CAC), en la que se solicitaba a la asociación, la colaboración con detectores de metales para una prospección superficial en el sector del anfiteatro romano. La actividad consistía en realizar una prospección superficial en el área funeraria que circunda todo el perímetro del antiguo anfiteatro, y poner de relieve  los objetos metálicos que los detectores pudieran señalar, y que pudiesen ser orientativos o estar asociados a contextos funerarios ya marcados en una prospección superficial previa. Se solicitaba la asistencia de un número de entre ocho y diez personas, para batir una superficie aproximada de unos 3000 m2. Aunque posteriormente, y dado el interés que despertó en todos los asociados la actividad, se amplió el número a 13 usuarios. Los metales detectados no serían excavados. Solo se marcaría su posición mediante una etiqueta distintiva, que facilitará el trabajo a las posteriores tareas de excavación arqueológica en los meses de Otoño.

El día 16 de Marzo de 2007, se recibió en la A.E.P.D., una carta de la Consejería de Cultura Conjunto Arqueológico de Carmona (CAC), en la que se solicitaba a la asociación, la colaboración con detectores de metales para una prospección superficial en el sector del anfiteatro romano. La actividad consistía en realizar una prospección superficial en el área funeraria que circunda todo el perímetro del antiguo anfiteatro, y poner de relieve  los objetos metálicos que los detectores pudieran señalar, y que pudiesen ser orientativos o estar asociados a contextos funerarios ya marcados en una prospección superficial previa. Se solicitaba la asistencia de un número de entre ocho y diez personas, para batir una superficie aproximada de unos 3000 m2. Aunque posteriormente, y dado el interés que despertó en todos los asociados la actividad, se amplió el número a 13 usuarios. Los metales detectados no serían excavados. Solo se marcaría su posición mediante una etiqueta distintiva, que facilitará el trabajo a las posteriores tareas de excavación arqueológica en los meses de Otoño.

Reunida la junta directiva de la A.E.P.D., se aprobó realizar la colaboración en los términos señalados en el escrito y se fijó como fecha para la misma el día 29 de Abril del año en curso. Se pasó a dar comunicación a los socios mediante circular interna, fijando un plazo para que los interesados  pudieran confirmar su asistencia a la actividad.

Foto de los participantes en la prospecciónFoto de los participantes en la prospección

Confirmada al conjunto arqueológico la realización de la actividad, el CAC procedió a tramitar con la Dirección General de Bienes Culturales todas las autorizaciones necesarias para así, poder usar los detectores metálicos en una zona arqueológica de máximo interés y nivel. Tal y como marca la actual Ley 1/91 de Patrimonio Histórico Andaluz.

Con todo en regla, ya solo restaba confiar en el buen tiempo. Las previsiones meteorológicas auguraban tiempo inestable con nubes y claros. Todos tocábamos madera.

Un poco de historia

Juan FernandezJuan FernandezJorge BonsorJorge BonsorLa primera noticia conocida de los restos arqueológicos de Carmona se tiene en el año 1573. El albañil Alonso Delgado comunica al cabildo que ha sacado algunos sillares de un edificio descubierto bajo tierra para venderlos en la edificación de nuevas construcciones.

Posteriormente, en el año 1869, unas obras de explanación que realizadas por el ayuntamiento en el "Camino del Arrecife", ponen al descubierto las primeras tumbas. Uno de los operarios de las obras, Luis Reyes, apodado "Calabazo", no tardará en especializarse en la excavación de las tumbas, conocidas también como "ratoneras".por su especial configuración física.

Luis Reyes, recolectaba plantas medicinales para el farmacéutico local Juan Fernández López, gran entusiasta de las antigüedades, que pronto también iria adquiriendo los ajuares de las tumbas que le ofrecía "Calabazo". Se formó, así, la primera gran colección de objetos de época romana de Carmona.

En 1880, llega por primera vez a Carmona Jorge Bonsor. Esta visita ocasional, cambia por completo su destino. Allí conoce a Juan Fernández, con el que no tardará en asociarse. En la primavera de 1881, tras un largo viaje por Castilla y Andalucía, Bonsor regresa a Carmona. Su interés por las antigüedades y su afición por el dibujo arqueológico le llevan junto a Juan Fernandez a comprar el "Campo de los Olivos" y el "Campo de las Canteras", zonas actualmente ubicadas dentro del CAC. Ese mismo año comienzan las excavaciones sistemáticas de las tumbas.

En Mayo de 1885 se inaugura oficialmente la Necrópolis de Carmona en un solemne acto que cuenta con la presencia de los académicos y personajes más ilustres del momento. Nace la sociedad arqueológica de Carmona y la necrópolis comienza a configurarse se conoce actualmente.

Bonsor, extiende sus actividades arqueológicas a otras zonas del Alcor, y se interesa por la prehistoria local, amasando una inmensa colección, que, finalmente, pasa a manos de la Hispanic Society of America.

Jorge Bonson con parte de su colección prehistóricaJorge Bonson con parte de su colección prehistórica Foto con alguna de las piezas excavadas por Bonsor en SevillaFoto de algunas piezas excavadas por Bonsor en Sevilla

Antiguas fotografías del museoAntiguas fotografías del museoAntiguas fotografías del museoAntiguas fotografías del museoEn 1930, en el Castillo de Mairena (residencia de Bonsor), se firma ante notario la donación de la necrópolis de Carmona al estado. Haciéndose cargo de la dirección de la misma el republicano Juan Rodríguez Jaldón. En 1943 Jaldón es destituido y la necrópolis pasa a depender del Museo Arqueológico Provincial de Sevilla, siendo su nueva directora Concepción Fernández Chicarro.

En 1931, la necrópolis es declarada Monumento Histórico Artístico, ya que aún no existe la denominación de Bien de interés cultural. La entrada en vigor de la Ley 16/85 de Patrimonio Histórico Español determina que todos aquellos bienes que hubiesen sido declarados Monumento Histórico Artístico pasen a tener la consideración de Bienes de Interés Cultural. No obstante, queda por determinar la superficie afectada por dicha declaración, expediente que se culmina en el año 2003.

En 1973, los Condes de Rodezno ceden al estado el anfiteatro de Carmona. Este mismo año Concepción Fernández-Chicarro inicia allí sus excavaciones. Desgraciadamente, dos años después fallece habiendo publicado solamente tres trabajos parciales sobre estas excavaciones, por ello se desconoce gran parte de su trabajo en este sector del conjunto.

En 1984 la necrópolis se transfiere a la Junta de Andalucía. Más tarde, en 1993, se produce la constitución del actual CAC, con funciones de conservación, tutela e investigación de los bienes en él custodiados.

Actualmente, entre otros sectores, se abarca el estudio del anfiteatro y el conocimiento de los aspectos históricos investigados por Concepción. Dentro de los trabajos de investigación, se incluye la prospección con detectores de metales que se trata en el presente artículo.

Llegó el gran día

Logotipo de la asociaciónLogotipo de la asociaciónPor fin llegó el día esperado. Todos los participantes emprendían el camino desde sus respectivas residencias a la experiencia que vivirían en Carmona. Desde Sevilla, Granada, Cádiz y Huelva, aún quedaba un largo viaje por delante hasta llegar a Carmona. Aún era de noche cuando iniciamos el viaje, pero......el tiempo parecía que se iba a convertir en nuestro aliado este día.

Eran aproximadamente las 10 de la mañana. Al llegar todos estaban esperando. Algunos merodeaban a las puertas de la necrópolis, otros ya se habían hecho fuertes en el recinto y charlaban con Ignacio Rodríguez Témiño, director de la misma, sobre la actividad a realizar.

A la llegada llamaban especialmente la atención un par de chicas, que dentro del recinto del anfiteatro tenían cara de pensar "¿que hace una chica como yo, con tipos como estos?". Ellas eran dos de las tres arqueólogas que nos acompañarían durante la jornada de búsqueda.

Realizadas las obligadas presentaciones, nuestro anfitrión nos dirigió al recinto donde deberíamos prospectar. Era un buen momento para realizar unas primeras fotos que dieran fe del acontecimiento y probaran que la colaboración entre aficionados y administración, además de necesaria, es posible. Pues manos a la obra. Juan Carlos, nuestro socio fotógrafo (y al que debemos muchas de las instantáneas), cámara en ristre, inició la sesión fotográfica. No sabía que la ausencia de su detector finalmente le tomaría alguna molestia añadida en forma de cámara de video. Para ese día sería el encargado, junto a Javier (nuestro tesorero), de grabar el video, que convenientemente maquetado, la asociación distribuirá entre sus asociados.

Tras la sesión fotográfica inicial y los típicos comentarios jocosos, unas pequeñas explicaciones descriptivas de la actividad y todos a sus puestos.

Preparando los equipos para la prospecciónPreparando los equipos para la prospección

Inicialmente existía la intención de marcar todos los blancos metálicos. Pero a pocos minutos del inicio de la búsqueda nos dimos cuenta que aquello era inabarcable. La zona daba a espaldas de una antigua herrería y existían desperdicios metálicos casi por todos lados. Los detectores, al contrario de lo que se pensaba, no interferían entre ellos, pero las continuas señales acústicas marcando hierro apenas dejaban avanzar sobre el terreno. En tanto Carmen, Leticia, Carolina e Ignacio corrían de un lugar a otro con clavos y etiquetas para marcar las pitadas señaladas. Un nutrido grupo de buscadores, clavados como palos al terreno, les espetaban desde distintos lugares, "aquí, aquí, aquí".

Tras un buen rato marcando pitadas y recogiendo basura para facilitar las prospecciones geofísicas posteriores, se decidió marcar solo las pitadas que pudieran ser de metales no férricos. Esto aceleraba un proceso que se aventuraba interminable. Poco a poco se fue saliendo de la zona contigua a la herrería y entramos en terreno con menos contaminación.

Marcado blancosMarcado blancos Prospección en el entorno de la herreríaProspección en el entorno de la herrería

Y comenzaron las buenas pitadas y, cómo no, seguían los comentarios jocosos. "Esto tiene pinta de ser.....". "Me juego la cabeza a que aquí hay un......". Era inevitable. No podíamos tomarlo como menos que un día festivo, a pesar de la seriedad y el respeto que todos pusieron hacia el lugar y hacia su actuación.

Entre risas, solemnidad y amenas conversaciones, se fue cubriendo el terreno a prospectar. La imagen era inigualable. Un grupo de aficionados a la detección metálica, usando sus detectores seguidos de cerca por cuatro arqueólogos, todo ello aderezado con un anfiteatro romano como telón de fondo.  

Prospección en el entorno del anfiteatroProspección en el entorno del anfiteatro Final de la actividadFinal de la actividad

Con el paso de los minutos nuestra labor iba llegando a su fin. Fue entonces cuando se produjo la anécdota del día. Justo en una esquina del recinto del anfiteatro, a espaldas de unos edificios, apareció una pequeña monedita en superficie. Rápidamente se procedió a dar aviso del hallazgo, que quedó depositado en manos de nuestro anfitrión. "Son dos maravedíes de Felipe II, le decía su hallador", "no, es un bajo imperio", contestaba Ignacio. Bajo el influjo de la conversación, se fueron sumando buscadores que iban confirmando la teoría de los dos maravedíes, mientras recapacitábamos sobre el león rampante de la moneda. En pocos segundos, la cara de Ignacio cambiaba de color en color, confirmando el error cometido. Más risas. Un rato más de búsqueda y se dio por concluida la prospección. Eran aproximadamente las 12 del medio día.  

Visita de los socios al museo arqueológicoVisita de los socios al museo arqueológico Estatua de ServiliaEstatua de Servilia

Llegados a este punto, tocaba la siguiente actividad del día. Una pequeña charla sobre la historia del conjunto arqueológico y una visita guiada a las famosas tumbas. En ese momento, nuestras anfitrionas femeninas decidieron abandonar el barco. Seguramente ya había sido demasiado para sus férreas convicciones "antidetectoriles". 

Finalizada la charla, el CAC obsequió a todos los participantes con unos recuerdos del lugar. Un interesante libro sobre la Ruta Bética Romana, diversos folletos explicativos y un precioso llavero con la antigua moneda local, el as de Carmo.

Visita a la tumba de ServiliaVisita a la tumba de Servilia Nuestro compañero Antonio entrando a una de las tumbasNuestro compañero Antonio entrando a una de las tumbas

Los que nunca habían visitado la necrópolis hicieron el recorrido con una expresiva cara de sorpresa. Casi les parecía increíble que todas aquellas estructuras tan bien guardadas por el tiempo se encontraran en nuestra tierra y no en Pompeya o Herculano. Más tarde, visita al museo y, cerca de las 15.00 horas, la visita más nutritiva de la jornada, el restaurante donde el CAC en agradecimiento a nuestra colaboración había previsto el avituallamiento. 

Imagen de la comidaImagen de la comidaLa comida se desarrolló con una intensidad poco frecuente. Las conversaciones iban y venían de forma fluida, tratando en determinados momentos aspectos que resultaban bastante espinosos. Como era de esperar, todo se desarrolló de una forma amigable y respetuosa.

"Tras la tormenta viene la calma" y llegaba el momento en que muchos emprendían el camino de regreso a casa. Los más rezagados aprovechabamos para hacer un recorrido turístico por la población de Carmona, atentos a las explicaciones con que Ignacio nos iba enriqueciendo el recorrido.

La jornada iba tocando a su fin, no sin antes tomar un refresco en la plaza de Carmona, donde se volvió a iniciar un encendido debate sobre la conveniencia de nuestra afición. Como suele ser costumbre, no se llegó a concenso alguno, pero lo importante en ese momento era poder defender desde el respeto, la postura de cada cual.

Eran las 19.00 horas y, definitivamente, tocaba dar por finalizada la experiencia. Eso si, deseando que se repita en cualquier otro lugar y con cualesquiera otros protagonistas. Lo importante siempre será intentar avanzar.

Mi agradecimiento a todos los socios, sobre todo a los participantes, Jaime (Granada), Carlos (Huelva), Rafa (Cadiz), Francis (Granada), Estefania (Granada), Javi (Granada), Jose Mari (Granada), Juan Ramón (Granada), Antonio (Granada), Antonio Jesus (Sevilla), Francisco (Cadiz), y Francisco Manuel (Cadiz) y a todos los que de una forma u otra, han hecho posible que este fuera un día inolvidable.